¡Baila! al ritmo que te ponga la vida. Es la invitación que te hago hoy para fluir, tener armonía y así encontrar Calma y equilibrio.

Vamos a tomar a el Universo/Dios como nuestra pareja de baile y la música/ritmo son solo las situaciones que se nos presentan día a día. Con esta analogía puedo decir que conozco dos clases de personas en la pista de baile:

En el primer grupo están las personas que bailan con la canción que les pone la vida (sin importar el ritmo), se dejan guiar por su pareja disfrutando cada paso y en armonía; eso sí asumiendo al 100% la responsabilidad, haciendo la parte del trabajo que les corresponde como lo es ejercitarse, practicar/trabajar para ser mejor cada día física y mentalmente.

Esto quiere decir, que este tipo de personas fluyen y confían en el proceso. Saben que cuando algo ha de suceder será de la forma correcta, en el momento indicado y no tendrán que forzar nada y se concentran en su proceso personal: viven en el presente, aceptan lo que hay y dan lo mejor en cada situación sin expectativas.

Realmente no hay mucho que explicar con este tipo de personas, porque si no bailas al ritmo que suena te verás fuera de contexto. Es como si estuviera sonando una cumbia y tú te estuvieras moviendo a ritmo de vals … sencillamente no tiene sentido. Entonces recalco que es tan importante para este tipo de personas tener el control que buscan cualquier forma de manipular y controlar: personas, energías y/o situaciones y cuando no lo logran se sienten frustrados.

Lo confieso, no miento… algunas veces cuesta llevarle el paso a la vida. Sin embargo, también recuerdo que lo único constante es el cambio y que solo debo aprender a escuchar la música que suena para saber a qué ritmo moverme.

En resumen… deja que se caiga lo que se tiene que caer y se vaya lo que se tenga que ir; fluye con las situaciones que se te presenten… muévete, déjate llevar y decide ¡Bailar al son que te ponga la vida!.

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